Ese es el problema: que cuando despertamos como especie, los
dinosaurios ya habían desaparecido mucho tiempo atrás, a excepción de las aves.
Lógico, pensarán algunos; de no haber sido por aquel asteroide que cayó hace 66
millones de años, nosotros no estaríamos aquí, y nuestro lugar lo ocuparía un
dinosauroide inteligente, tal vez algo así como un Troodon sapiens muy parecido
a los reptilianos de la serie V.
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